El cocinero Ferrán Adriá imparte una conferencia en la facultad de ciencias de la información de la UCM en la que presenta el futuro de la Bullifoundation y expone las claves que le han permitido triunfar y sacar adelante un negocio innovado.
"Me he dedicado toda mi vida a preguntarme el por qué de las cosas". Con esta frase arrancó su presentación el cocinero Ferrán Adriá en la charla que impartió en la Facultad de Ciencias de la Información el pasado 15 de febrero. Su conferencia fue una de las muchas que está impartiendo por toda España, con el patrocinio de Telefónica, para hablar del pasado y del futuro del Bulli, quese ha transformado de restaurante en Fundación.
Adriá considera que a veces no tenemos tiempo para pararnos a pensar y para ver cómo mejorar las cosas. Tanto si es una conferencia (por eso cada una que imparte es diferente a la anterior) como si es un restaurante (por eso cerró las puertas de El Bulli para darle un nuevo enfoque).
El cocinero aseguró que en el cambio constante y en la investigación es importante el papel que pueden jugar las grandes empresas privadas, "porque sin ellas vamos a poder hacer pocas cosas, y esto es algo que debemos cambiar todos mentalmente porque desde la sociedad civil siempre vemos a las multinacionales como monstruos, aunque es cierto que también hay multinacionales que se niegan a participar en el cambio".
Modelo de innovación
Frente a recetas sencillas, Adriá piensa que no existe un dogma, sino que cada uno debe crear su propio modelo de innovación a partir de una serie de elementos básicos: el lugar donde se encuentre uno, la situación socioeconómica personal, la personalidad, la disciplina a la que te vas a dedicar y la ambición creativa.
A partir de esas claves Adriá considera que se puede establecer un modelo de innovación, aunque añadiéndole cuatro elementos transversales y sustanciales: "la pasión, porque sin ella no hay nada; el trabajo; el talento, y el conocimiento".
"Si tú quieres ser como Ferrán Adriá, y eres igual de listo que yo, con el mismo talento y con la misma pasión, trabaja lo que yo, ¿o es que pensáis que Cristiano Ronaldo y Messi no entrenan? Los que más estrenan son las estrellas", asegura el cocinero.
Opina además que aunque uno no tenga demasiado talento, si tiene mucha pasión y le echa mucho trabajo puede que llegue lejos. Sobre todo si tiene un amplio conocimiento del campo en el que quiere innovar. Asegura Adriá que hay mucha gente que todos los días inventa la pólvora "porque no tiene conocimiento de lo que ha pasado y están creando cosas que ya existen".
El ejemplo de El Bulli
Ferran Adriá puso como ejemplo de modelo de innovación El Bulli, un restaurante que ya existía cuando él llegó allí a trabajar, pero que poco a poco él fue transformando en un centro de referencia hasta convertirlo en el mejor restaurante del mundo durante cuatro años consecutivos. Para lograrlo, Adriá optó por invertir gran parte de la facturación anual en I+D, con el objetivo de cambiar siempre y de crear al máximo nivel. Y, sobre todo, "para ser feliz, algo de lo que poquísimas veces se habla, pero ser feliz es lo fundamental, y lo otro son monsergas".
En 2010 el restaurante cerró sus puertas para abrir de nuevo en 2014 "en un nuevo formato centrado en la exploración de los límites de la creatividad". Para ello nacerá la BulliFoundation, se ampliarán las instalaciones del restaurante y aparecerá la Bullipedia.
La mezcla perfecta entre diseño y cocina
El Bulli no es sólo un restaurante. De hecho, en la nueva etapa, que comenzará en 2014 contará, entre otras muchas cosas, con un museo en el que se podrá conocer la trayectoria de sus integrantes, así como ver la vajilla expuesta como si fueran obras de arte. No es casual que Ferrán Adriá fuese merecedor del Lucky Strike Designer Award, galardón que han conseguido, entre otros, Phillippe Starck y Dieter Rams.
Como el mismo Adriá afirma "la cocina es un lenguaje mediante el cual se puede expresar armonía, creatividad, felicidad, belleza, poesía, complejidad, magia, humor, provocación y cultura". Y eso lo consigue tanto con las vajillas de diseño como con el diseño de la propia comida. Para ello no ha dudado en utilizar técnicas como la esferificación (que hace que los alimentos estén envueltos en una especie de cápsula que al ser presionada suelta todo el sabor) y el uso del nitrógeno líquido (que permite la cocción en frío de tal manera que queda sólido por fuera y líquido por dentro, así como helar el alcohol para hacer sorbetes con mucho alcohol). En total son 1.846 los platos que se han elaborado en El Bulli, muchos de ellos con aplicaciones científicas como las mencionadas. Es por eso, que hoy en día Adriá tiene un curso en la universidad de Harvard sobre ciencia y cocina.