Extraer un diente a un león no es algo común. De hecho, según afirma el catedrático de Medicina y Curugía Animal de la Facultad de Veterinaria, Fídel San Román, "no hay más de tres o cuatro casos descritos en la bibliografía". San Román ya ha realizado anteriormente extracciones a perros, caballos, zorros e, incluso, a alguna morsa. "Pero esto supera a todo. Estamos hablando de sacar el diente más grande, el canino, del felino más grande", explica el doctor momentos antes de que su paciente llegue al Hospital Clínico Veterinario de la UCM.
Boiki es un león de 5 años y, según registró la báscula del hospital, 218 kg. de peso, propiedad de una empresa dedicada a la doma y adiestramiento de animales peligrosos. Según cuenta su domador, Aaron, Boiki "es la estrella de la empresa". Su vida pasa por los diferentes circos en los que junto a su domador es contratado. Hace alrededor de un año, el león comenzó a dar signos de tener alguna lesión dental, pero a base de antibióticos ha ido tirando. Se creyó que el problema residía en algún molar, pero de un mes a esta parte una fístula mandibular supurante delató que la dolencia era más grave. "Todo indica que tiene fracturado el canino -indica el profesor San Román-, pero lo primero que vamos a hacer es realizarle una radiografía".
La llegada de Boiki al Hospital despierta una enorme expectación. Nada más ser sedado y sacado -en su jaula- de la furgoneta que le ha trasladado desde Valencia, decenas de estudiantes de la Facultad, personal de administración y servicios y también docentes, rodean a Boiki en su camino hacia la sala de radiografías de grandes animales. "Pocos lugares tienen equipamiento para realizar una radiografía dental a un león de este tamaño", comenta el profesor San Román, quien inmediatamente se traslada con sus colaboradores a un despacho para valorar la radiografía. Efectivamente, tiene fracturado el canino. El siguiente destino de Boiki es, por tanto, el quirófano. Allí, rápidamente sus constantes vitales son monitorizadas.
Una vez colocado en la posición más adecuada para que el doctor San Román pueda llevar a cabo la extracción, comienza la operación. El tamaño del canino supera los 10 centímetros de longitud. A los 20 minutos el profesor San Román levanta la cabeza y en su mano derecha muestra el canino de Boiki. "Aquí está". Durante dos días Boiki tendrá que tomar amoxicilina. Después, "le dejaremos descansar un poco. Me parece que no nos va a dejar acercarnos a su boca", señala con una sonrisa Aaron, su domador