El director preestrenó su filme Los amantes pasajeros en un salón de actos abarrotado de estudiantes. Tras la proyección, organizada por Ildefonso Soriano, hubo un coloquio con Almodóvar, Javier Cámara y Raúl Arévalo.
Durante la hora y media que dura Los amantes pasajeros, se oyeron risas de manera continuada por parte de los estudiantes que llenaron el salón de actos de la Facultad de Ciencias de la Información. De ese modo, el preestreno en la Complutense fue un reflejo de lo que está siendo su paso por las salas comerciales: un gran éxito de público. Aunque también hay que reconocer que ha sido un rotundo fracaso de crítica.
Uno de los momentos que provocó mayor hilaridad en el público fue el largo número musical con la canción ochentera I'm so excited. De hecho, durante mucho tiempo ese iba a ser el título del filme. Javier Cámara contó que esa escena les "costó mogollón". Raúl Arévalo también reconoció que "fue la escena más dura de rodar, sobre todo para Carlos Areces, que tiene un ritmo peculiar, va a contratiempo". El director Pedro Almodóvar aseguró que tuvo que controlar a Javier Cámara, porque "empezó a bailar demasiado bien", a lo que el actor, de manera jocosa, replicó que se crece "ante una coreografía".
En cuanto al resto del rodaje, Arévalo afirmó que ha sido muy fácil trabajar con Almodóvar, mucho más que con otros directores con los que tiene más confianza como Daniel Sánchez Arévalo, con quien rodó Primos. El director, sin embargo, considera que a veces en sus películas se pasa muy mal, aunque no ha sido el caso de Los amantes pasajeros, "que ha supuesto un rodaje idílico".
Hacer feliz a la gente
Una estudiante preguntó a Almodóvar qué sentía haciendo feliz a la gente y el director respondió que "es una sensación maravillosa porque que alguien te confiese que se lo ha pasado bien es el mejor piropo que te puede hacer". También Javier Cámara reconoció que "la risa es la energía más increíble que recibe un actor. Es un feedback muy claro. Cuando la comedia llega es brutal".
El objetivo de Almodóvar era que el humor durase los noventa minutos del metraje, de ahí que la película esté estructurada a base de gags. A pesar de eso, el director piensa que el conjunto "no es una payasada, sino que debajo palpitan personajes y la acción sigue transcurriendo por debajo de todo ese humor".
Los chistes de Los amantes pasajeros son todo lo contrario al humor fino de las comedias que Almodóvar dice admirar. De hecho reconoce que la "palabra polla se pronuncia muchas veces, más que en ninguna de mis otras películas". También hay muchos chistes de culos y otros anclados directamente de los años ochenta.
La pluma de Raúl Arévalo
El personaje de Raúl Arévalo, al igual que el de Javier Cámara y el de Carlos Areces, es el de un homosexual con "mucha pluma". Arévalo contó que Almodóvar le ha ayudado mucho a meterse en el personaje. Aseguró además que "es mucho más relajado tener pluma que hacerte el machito", como él reconoció haber hecho para "sobrevivir en su barrio". Así que no le costó meterse en el papel, sobre todo porque llegó a él "muy poquito a poco, muy de la mano de Pedro y muy divertido porque me llevaba a cenar con amigos suyos que tenían mucha más pluma" de la que él saca en el filme.
A pesar de esa exageración de los tres actores, el director considera que "no cabe ningún tipo de parodia, y Raúl, que venía de Móstoles, no acababa de dar el tipo, porque yo sí los quería muy afeminados". Explicó que en todas sus películas hay muchos homosexuales pero no tenían que hacer nada especial, "excepto mirar con ojos de deseo al chico que tuvieran al lado". Aquí, siendo una comedia, sí convenía que fueran "muy amanerados, y además también para reivindicar a los que tienen mucha pluma, que a pesar de ellos pervive nuestra especie".
La película a veces parece improvisada, pero el director reconoció que no es así, que "toda la película ha sido ensayada, está coreografiada, milimetrada, porque en caso contrario era imposible moverse dentro del avión". Además en las comedias, según el propio Almodóvar, "no cabe todo, sino que hay que tener un control muy exhaustivo para que no se infle. Exige mucho rigor".
Al terminar la presentación, los estudiantes se lanzaron a por el equipo del filme para llevarse unos autógrafos. Buena o mala, de Periodismo la película se llevó unos cuantos fans.