Un niño con una infancia difícil (por tener que cuidar de su hermana autista) y una niña con una infancia complicada (por culpa de su padre y un accidente de esquí) cruzarán sus vidas, pero sin llegar a tocarse, como dos números primos gemelos.
La película está basada en el conocídisimo libro homónimo de Paolo Giordano y la estructura del guión, elaborado por el propio escritor y por el director Saverio Costanzo, conserva gran parte de las características del libro. Por ejemplo, divide la acción en tramos por fechas (aunque en el filme hay una buena cantidad de flashbacks), y los dramas principales de la novela se mantienen. El guión del filme, eso sí, ha cambiado el final, fusionando el último y el antepenúltimo capítulos de la novela, y haciendo algo que todavía no sé muy bien si es esperanzador o es una muestra más de que los números primos gemelos jamás se tocan. Lo cierto es que la estructura del filme, a pesar de esas idas y venidas en el tiempo, no resulta confusa y eso es algo a agradecer.
Del director ya habíamos visto antes Domicilio privado, un filme que condensaba el conflicto palestino-israelí en un único domicilio. Ese filme y La soledad de los números primos coinciden en desarrollar la mayor parte de la acción en ambientes cerrados y en presentar a personajes que desembocan en la violencia o que se quedan pasmados ante la vida. También en las dos películas Saverio Costanzo es capaz de no juzgar a los personajes ni a sus acciones. Él está allí como un mero espectador más de lo que ocurre, algo que puede parecer un tanto frío, pero que yo creo que es realmente difícil de hacer. Y además el director italiano lo hace muy bien. Costanzo también ha rodado un documental titulado Auschwitz 2006, en el que un grupo de estudiantes de un instituto de Roma visitan ese campo de concentración. Me apuesto algo a que en ese trabajo, el director también deja que los chavales se expresen a su antojo sin aportar horrorosas e innecesarias voces en off o aclaraciones de otro tipo.
El reparto ha sido fundamental para que la historia salga adelante y han conseguido encontrar a actores capaces de interpretar a los dos protagonistas en tres edades diferentes. Y lo más curioso es que los seis lo hacen muy bien. Quizás los mejores sean los de edades intermedias: Arianna Nastro y Vittorio Lomartire. También tenemos la suerte de poder ver a Isabella Rosellini, en un breve pero intenso papel.