El grupo de Tectónica Activa, paleosismicidad y riesgos asociados del departamento de Geodinámica de la UCM forma parte de la plataforma GEM (Global Earthquake Model) aportando los datos de las fallas activas en la Península Ibérica y también de las de El Salvador
Cada día aumenta la demanda de estudios especializados en riesgos naturales. Los hay enfocados en analizar qué zonas del mundo son más vulnerables a los efectos de desastres provocados por el cambio climático (encabezadas por Dhaka en Bangladesh y Manila en Filipinas) y ahora, gracias a Global Earthquake Model (GEM), también centrados en riesgos sísmicos.
GEM (Modelo Global de Terremotos) nació hace unos tres años por iniciativa de la OCDE. Pronto comenzaron a integrarse socios, tanto públicos como privados. Entre estos últimos destacan importantes compañías aseguradoras, interesadas en conocer en qué zonas del planeta hay una tectónica más activa, dónde se han producido terremotos y, sobre todo, qué probabilidad hay de que se produzcan nuevos seísmos en cualquier lugar de la Tierra.
Entre los socios públicos hay un gran número de países que van desde Estados Unidos a Nueva Zelanda. Las aportaciones difieren desde los cinco millones de euros de alguna aseguradora hasta los 15.000 euros anuales de Trinidad y Tobago. El gobierno de España, debido a su política de recortes en todos los aspectos científicos y sociales, no aporta ni un euro.
Base de datos abierta
El objetivo de GEM es reducir el riesgo sísmico a largo plazo en todo el planeta, y para ello lo que pretende es crear una enorme base de datos abierta a cualquier ciudadano en la que se incluirán información tanto de fallas como de terremotos e incluso de las edificaciones.
La Universidad Complutense participa en esta plataforma a través del grupo de Tectónica Activa, Paleosismicidad y Riesgos Asociados del Departamento de Geodinámica. José Martínez Díaz, uno de los miembros del grupo, explica que el objetivo es que "de GEM se pueda beneficiar toda la sociedad". De ahí que los países con más recursos realicen estudios en zonas menos favorecidas y luego pongan los datos al alcance de sus habitantes sin ningún tipo de coste. En el caso del grupo de Martínez Díaz, ellos se van a hacer responsables tanto de las fallas activas de la Península Ibérica como las de El Salvador. Recuerda el investigador que ya llevan años trabajando en el país centroamericano, donde todavía no existen expertos formados en riesgos sísmicos, algo que se quiere paliar con algún tipo de proyecto de cooperación o de investigación que permita formar a geólogos de El Salvador en esta disciplina. De hecho, uno de los principios ideológicos de GEM es la transferencia de tecnología de tal manera que se potencien las investigaciones y el desarrollo regional a partir de datos recopilados de manera global.
La base de datos estará abierta a científicos de todo el mundo que podrán actualizar la información según se realicen estudios o según ocurran terremotos, algo que sucede a diario, aunque la mayoría de las veces sin consecuencias. La plataforma digital que permitirá el acceso a todos estos datos estará disponible desde 2014 y se conocerá como Open Quake. Según Martínez Díaz tendrá una interfaz similar a la de Google Earth, así que será de fácil manejo y consulta.
Capas de información
Ahora mismo Open Quake ya funciona, aunque sólo para los científicos implicados, que se dedican a volcar los datos. De momento se ha introducido toda la parte de sismicidad (algo de lo que se ha encargado la Universidad Politécnica en España) y se está comenzando a introducir la de fallas activas, algo que llevan a cabo en nuestro país tanto la UCM como científicos catalanes y del Instituto Geológico y Minero de España. Martínez Díaz informa de que después de estas dos vendrá una mucho más complicada que es la de edificaciones, que permitirá calcular los daños que se pueden producir.
Por último queda todavía una capa más, que es la que pondrá en relación todas las anteriores y permitirá calcular el riesgo sísmico, es decir la posibilidad de daño económico y social que habrá en cualquier lugar del mundo si se produce un terremoto. Con toda esta información se espera que los políticos sean capaces de tomar decisiones a tiempo.
Estricta base científica
Una parte importante de GEM es que está coordinada exclusivamente por científicos. Los responsables la presentan como "un esfuerzo complejo y de múltiples facetas que quiere servir a una amplia gama de partes interesadas, pero siendo claros acerca de lo que se puede, lo que se debe hacer y quién debe hacerlo. La fuerza de GEM radica en hacer llegar a la gente un marco global que permita a los grupos de interés en todo el mundo trabajar juntos en la evaluación del riesgo basada en la ciencia. Las partes interesadas pueden utilizar directamente las herramientas y recursos, y también construir sobre ellos para servir a las partes interesadas de la mejor manera".
Esta gran iniciativa internacional comenzará a dar resultados visibles para todos los gobiernos del mundo a partir de noviembre de 2014, que es cuando se espera que se lance de manera definitiva la versión 1.0 de la plataforma digital Open Quake.