Irene Sánchez-Escribano, campeona de España promesa de 3.000 m. en pista cubierta
Irene Sánchez-Escribano (Toledo, 1992) se proclamó el pasado invierno campeona de España de 3.000 metros en pista cubierta en categoría promesa (menos de 23 años). Sin duda, es una buena carta de presentación para lo que le espera en los próximos meses: su salto a la categoría absoluta.
Para quienes se dedican al atletismo uno de los momentos más cruciales de su carrera deportiva es ese tránsito de las categorías inferiores a la absoluta. Muchos, al poco tiempo, deciden dar un paso hacia un lado, dejar de enfocar su vida únicamente en el atletismo y abrirse otras vías de futuro. No es el caso de Irene. Ella siempre lo ha tenido claro. Lo va a intentar, porque como dice, "si no lo intentas, no puedes saber si vales o no", pero desde pequeña sabe que el atletismo no es lo único, incluso sabe que es lo más improbable.
Irene ha estudiado este año tercer curso de Medicina. Siempre, reconoce, ha sido "bastante empollona", y aún hoy lo sigue siendo. Su truco es la organización. Desde que comenzó la carrera en la Complutense vive en la Residencia Blume para deportistas de alto nivel. Allí llegó desde su Toledo natal, becada por la Federación Española de Atletismo. Pronto, según cuenta, se dio cuenta de que debía estructurar su tiempo. El día a día de un atleta es duro. Las horas de entrenamiento son muchas, pero los momentos libres también son abundantes. "Unos los ocupan jugando a la PlayStation; yo los dedico a estudiar".
Por ahora, los resultados le están dando la razón y lleva sus estudios al día. Su meta, no obstante, a día de hoy sigue siendo, como señalaba, buscar el éxito en el atletismo. Sabe que no es fácil, pero por ella no va a quedar. Su distancia preferida son los 1.500 m. Hace unos pocos días logró en Huelva su mejor marca personal, 4 minutos y 22 segundos. Una buena marca, sin duda, pero lejos aún -a unos 15 segundos- de situarla en la elite de esta disciplina siquiera a nivel español. No tiene prisa. Una atleta de medio fondo puede alcanzar sus máximas prestaciones a edades muy distintas. De hecho, las mejores atletas españolas de esta distancia en los últimos tiempos no han destacado hasta superados los 25 o 26 años.
"Si lo logro, fenomenal. Si no, para eso estoy estudiando Medicina". Su futuro, más o menos lejano, Irene lo ve en un hospital o, incluso, a ser posible en un centro de salud. Le gusta el contacto con los pacientes. Lo que tiene claro es que no mezclará medicina y deporte. "Es algo que no me gusta demasiado. Aquí estamos todos sanos", dice con ironía.