El primer lunes del mes de julio de 1992 el paleontropólogo Juan Luis Arsuaga, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científico y Técnica y codirector de las excavanciones de Atapuerca, dictó en el Paraninfo de la Universidad Complutense la lección inaugural de la primera edición de la Escuela Complutense de Verano. Las palabras de Arsuaga simbolizaban el éxito de un grupo de trabajo que en apenas seis meses había conseguido hacer realidad una idea "que para muchos era un tanto descabellada", señala María Bautista, directora del Área de Formación de la Fundación de la UCM y responsable del programa académico de la Escuela desde aquella primera edición hasta la actualidad.
Diez años de una “descabellada idea” llamada Escuela Complutense de Verano