"La biblioteca como memoria es una memoria activa, con los libros que hemos sabido conservar y la posibilidad de lectura que los trae al presente, conformando nuestra experiencia actual y la visión del futuro..." Con esta cita de Alberto Manguel queremos recordar que en 1995 se firmó un Convenio de colaboración entre la Universidad Complutense y los laboratorios Glaxo-Wellcome que ponía en marcha lo que entonces se denominó Proyecto Dioscórides. [Seguir leyendo]
Esta colaboración de la Biblioteca Complutense con una importante empresa farmacéutica, para desarrollar de forma conjunta un proyecto de digitalización encaminado a la conservación y difusión del fondo histórico complutense, abrió unas posibilidades prácticamente insospechadas en aquel momento y, sin duda, supuso un hito en posteriores proyectos de digitalización.
Actualmente, la digitalización es una práctica común en bibliotecas patrimoniales. Los proyectos de digitalización se han multiplicado y Dioscorides, como de forma casi familiar le conocemos, forma parte de la Colección digital Complutense, al lado de proyectos de la envergadura del proyecto Google-Complutense. Su resistencia al paso del tiempo, (en tecnología 15 años son una eternidad), nos ha llevado a recordar sus orígenes y su significado y, sirva también este pequeño apunte de reconocimiento al esfuerzo realizado por los distintos profesionales, bibliotecarios, informáticos y becarios complutenses que, a lo largo de estos años han participado en su desarrollo y pervivencia.
Nació como un proyecto ambicioso e innovador y fue ciertamente pionero en el incipiente mundo de la digitalización de las bibliotecas y archivos. Sus antecedentes en España fueron el proyecto del Archivo General de Indias, que comenzó en el año 1992. Más cercano en el tiempo y en su planteamiento, fue el trabajo realizado por la Fundación Sancho El Sabio de Vitoria. Los dos fueron punto de referencia y de ayuda en un momento en el que tanto a nivel nacional como internacional la digitalización era una tecnología apenas conocida.
El punto de partida fue la colección biomédica de la Biblioteca de la UCM. Todo el saber médico de los siglos XV al XVIII se encuentra en esta colección, que es una de las más representativas de esta especialidad en bibliotecas europeas. Incunables, libros de estudio del siglo XVI que se convierten en libros de arte gracias a la colaboración de artistas de la talla de Alberto Durero, libros de alquimia, medicina, astrología y botánica; ejemplares únicos sobre los que se ha construido la historia de la ciencia.
La segunda etapa en el desarrollo de Dioscorides vino marcada por el traslado de sus equipos a la Biblioteca Histórica en el año 2000. El edificio costeado por el Marqués de Valdecilla en los años 20 del pasado siglo, abría sus puertas totalmente rehabilitado y preparado para albergar y custodiar de forma definitiva el fondo histórico de la Universidad Complutense Esto supuso incorporar al fondo inicial Biomédico de Dioscórides la riqueza y variedad temática del fondo bibliográfico Complutense. Nuevas colecciones se sumaron a las ya existentes: códices , libros de Arquitectura , Matemáticas, Derecho, Economía, libros de viajes , etc. Fue una etapa de consolidación, su principal novedad fue el desarrollo de una pasarela que permitió la incorporación de la base de datos de imágenes al catálogo CISNE, manteniendo las mismas posibilidades de navegación por la estructura del libro que tenía en origen; también se mantuvo la base de datos de Grabados.
Hoy Dioscórides cuenta con un millón de imágenes almacenadas de forma independiente y es además la base del Servicio de Reproducción de documentos del Fondo Histórico Complutense. Las imágenes de los libros almacenados en Dioscórides, acompañan a los registros bibliográficos en todas las iniciativas en las que participa la Biblioteca Catálogos Colectivos como el de Patrimonio Bibliográfico Español, (CCPB) , o el del Consortium European Research Libraries, (CERL), el Portal de Fondo antiguo de la Biblioteca Virtual Cervantes, o los portales de proyectos europeos como Malvine o Manuscriptorium dentro de la Biblioteca digital Europea, son algunos de los ejemplos.
A partir del año 2004, el Departamento de Tecnología de la Biblioteca diseñó una aplicación con herramientas Web que es la que actualmente está en uso, el número de accesos registrados desde entonces nos muestra su evolución.
Número de Accesos a Dioscórides
Muchos cambios se han producido en tecnología de imágenes en estos años, la tecnología se renueva, cada día surgen nuevos retos perfectamente compatibles entre sí. Las imágenes de Dioscórides son un magnífico punto de partida para la reconstrucción de la historia de la biblioteca, de la procedencia de sus colecciones, conjugando las fuentes existentes, los antiguos inventarios de la biblioteca con las características de cada ejemplar y su identificación mediante la recuperación de signaturas antiguas, ex libris, hierros de encuadernación, etc., añadir nuevas funcionalidades que permitan un mejor conocimiento del fondo bibliográfico antiguo, en definitiva colaborar con programas de investigación que recojan la influencia de las corrientes literarias y científicas que en cada momento contribuyeron a la formación de nuestras colecciones, todo un reto y un camino por recorrer.