La última semana de junio estuvimos en Puerto Príncipe participando en una fase del proyecto de cooperación al desarrollo que mantienen desde el terremoto de 2010 las Universidades Españolas con la Universidad del Estado de Haití (UEH). El principal objetivo del proyecto consiste en contribuir a mejorar las condiciones educativas y culturales de la población haitiana usuaria de los servicios bibliotecarios y documentales de dicha Universidad. Para cumplir con ese objetivo trabajamos previamente en la programación de las actividades con profesionales de la Universidad Carlos III (UC3M), en concreto con la directora de la Biblioteca de Humanidades, Lola Santonja, junto a la vicerrectora Pilar Azcárate y las profesoras de documentación Virginia Ortiz-Repiso y Gema Bueno.
Lola Santonja y yo llegamos a Puerto Príncipe el domingo y fuimos recibidas por Nixon Calixte, responsable de las bibliotecas de la UEH y por Fritz Deshommes, vicerrector de la misma, que nos dieron cordialmente la bienvenida. De lunes a miércoles en jornada intensiva ofrecimos formación a un numeroso grupo de asistentes en dos espacios diferentes: la sala de juntas de la editorial de la Universidad y en la Facultad de Ciencias. A pesar de algunas dificultades tecnológicas pudimos compartir nuestra experiencia y centrarnos en sus necesidades relacionadas con las nuevas tendencias bibliotecarias en servicios de apoyo al aprendizaje y la investigación y web social. La colaboración entre nosotras fue permanente lo que ha permitido un fortalecimiento de los lazos profesionales entre nuestras respectivas bibliotecas.
El jueves día de Corpus Christi visitamos la feria del libro y fuimos recibidas amablemente por el embajador de España, Manuel Hernández. El viernes volvimos a la Facultad de Ciencias en la que la que los dos últimos días trabajaron las profesoras de la UC3M centrando sus contenidos en gestión de colecciones y biblioteca digital. Por problemas de acceso al aeropuerto de Puerto Príncipe tuvieron que retrasar su llegada lo que supuso hacer ciertos ajustes en el programa.
El grupo de alumnos estaba compuesto mayoritariamente por bibliotecarios, muchos de ellos responsables de bibliotecas de facultad (varios del campus de Limonade) y algunos profesores. Su nivel de interés en las clases ha sido en general muy bueno y muy importante también ha sido la ayuda de los traductores haitianos que han realizado una gran labor de apoyo.
Nos despedimos con emoción de nuestros amigos que con tanta amabilidad nos habían tratado y después de algunas vicisitudes regresamos a Madrid el día 3 de junio.