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Mientras en España el Quijote será leído durante el siglo XVIII como un libro popular de entretenimiento, un libro que sólo sirve para divertir, en Inglaterra se ha consolidado una lectura más seria y trascendente de la obra de Cervantes.
Hacia 1730, Lord Carteret, político inglés, comienza a idear una empresa casi quijotesca: un Quijote de lujo que ofreciera una lectura culta de la obra. El Quijote más allá de las carcajadas para convertirse en una sátira moral.
El proyecto se culminó en 1738 en los talleres londinenses de los Tonson, en una excelente edición en cuatro tomos dedicada a la Excma. Señora Condesa de Montijo “Antes Embaxadora en esta Corte de la Gran Bretaña”. Hermosa y cuidada edición, que se acompaña de una Vida de Cervantes firmada por Gregorio Mayáns y Siscar, la primera seria que se había escrito, y de más de sesenta estampas dibujadas por John Vanderbank y grabadas G. Vandergucht. El Quijote va dando pasos de gigante para convertirse en un clásico.
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